Tomi, aquella joya de la cantera murcianista

Tomás López Blázquez fue uno de los mejores canteranos del Real Murcia en la Primera División. Nació el 18 de agosto de 1969 en Palma de Mallorca, pero siendo un bebé ya estaba en viviendo en Murcia.

Tomi con su padre, Pedro López, uno de los técnicos clásicos del Grupo XIII

En 1977 Tomi ya era una ametralladora de goles con los Salesianos de Murcia. En la temporada 1978-1979 ingresó en los benjamines del Real Murcia. Se convirtió en el capitán de la selección murciana alevín, infantil y cadete. Su carrera creció año a año.

En 1986 Tomi se proclamó campeón de Europa SUB-16 con España, aquella selección batió por 2-1 a Italia en la final en el Olímpico de Atenas y Tomi fue titular, al igual que por ejemplo el meta Santi Cañizares. También llegó a ser internacional SUB-17, sumando una docena de llamadas de las categorías inferiores de la selección nacional.

Tomi con la SUB-16, entre ellos Cañizares, Vidal, Morán, Monsalvete, etc

Tomi, agachado primero por la izquierda, en un once del Real Murcia

La lesión de hombro que padeció Tomi en su etapa murcianista

Este lateral derecho debutó con 17 años en Primera División defendiendo la elástica del Real Murcia en la campaña 1986-1987. Su estreno fue contra el Real Betis Balompié, aquel Real Murcia venció por 3-2 a los sevillanos en La Condomina el 31 de mayo de 1987. El canterano grana fue alineado como titular por Antal Dunai, que le encomendó el marcaje a Faruk Hadzibegic. Tomi pasó 3 años en Primera con el club pimentonero pero, como tantas promesas a lo largo de la historia murcianista, no renovó su contrato y probó fortuna en otros lugares.

Tomi, sentado en el centro, con otros fichajes del Real Murcia de los ochenta

Tras 11 años siendo grana, el resto de su carrera transcurrió en el Yeclano, Fortuna, Caravaca, Relesa Las Palas, Olímpico de Totana, Águilas, Bala Azul, UCAM y Calasparra. Tomi siempre gozó de buenas ofertas pero decidió quedarse en su tierra y compaginar su carrera futbolística con su profesión de profesor de Educación Física.

Sus mejores años fuera de Real Murcia los pasó en aquel Yeclano CF que estuvo a punto de subir a Segunda y en el Olímpico de Totana, con el que fue campeón del grupo XIII de Tercera División en la campaña 1999-2000.

Tomi, cuarto por la izquerda en la primera fila, con el Yeclano CF

Tomi ahora es entrenador del Fortuna de Tercera División. Subió al conjunto fortunero a Tercera y en sus dos primeras campañas en dicha categoría consiguió mantener en la mitad de la tabla al modestísimo club murciano. Su carrera en los banquillos comenzó en Calasparra, donde fue segundo entrenador del equipo de La Caverina en la 2003-2004. Su primera aventura en solitario se desarrolló durante dos años en el Armas del Rey de Mazarrón de Primera Regional. En la 2006-2007 dirigió al Ranero CF en División de Honor de Juveniles.

Esta campaña está viviendo uno de los retos más complicados de su trayectoria como entrenador. Está luchando por la permanencia con un equipo muy joven e inexperto que es colista en el Grupo XIII. Los jugadores no cobran ni un euro, de los 22 integrantes, 20 son murcianos y 16 naturales de Fortuna.

Los mayores méritos del Fortuna estriban en que no se está hipotecando y se limita a fomentar la cantera, única y exclusivamente con zagales del pueblo. No se refuerzan con nadie que no sea de Fortuna. Realmente es casi un milagro que estos últimos ejercicios se haya mantenido en Tercera. Tomi ha sido la clave gracias a su buena labor en el banquillo.

Tomi siempre llevará al Real Murcia en su corazón: “Si a algún club debo estar agradecido ese es al Real Murcia pero sería ruin olvidar a otros equipos en los que he militado, que me facilitaron realizarme como entrenador y como jugador. Entré en el Real Murcia a los 9 años. Me vi obligado a buscar la puerta de salida a los 20. Buena parte de mi formación deportiva y personal es responsabilidad del Real Murcia. En mis inicios los sentimientos que me embargaban fueron ilusión y esperanza. Cuando conseguí hacerme un hueco en la primera plantilla, prevalecieron los de orgullo, satisfacción y responsabilidad. El resultado final fue triste; salí por la puerta de atrás y muy tocado. Al paso de los años he asimilado que los clubes no son responsables de la gestión que sus dirigentes llevan a cabo. Si en su día como jugador mi máxima aspiración era vestir la elástica grana, ahora como entrenador es ocupar algún día el banquillo de nuestro Real Murcia, eso sería hacer realidad un sueño”.