martes, 19 de febrero de 2013

Onésimo refuerza los conceptos defensivos

El Real Murcia volvió a los entrenamientos este martes, después del triunfo logrado en el campo del Mirandés, para empezar la preparación de su próximo compromiso en Nueva Condomina contra el Numancia de Soria. Lo hizo en las instalaciones de Cobatillas por espacio de dos horas y con la vuelta al trabajo de Emilio Sánchez como principal novedad después de que el centrocampista manchego se haya recuperado en tiempo record de su microrrotura en el cuádriceps de su pierna derecha. Aunque el jugador todavía no goza del alta médica, completó la sesión con total normalidad y se espera que reciba el alta definitiva a lo largo de la presente semana.


Foto: Miguel Ángel Ayala

Por su parte, el integrante que estará fuera de los terrenos de juego por espacio de un mes será el franco-tunecino Medhi Nafti a causa de una rotura en el sóleo de su pierna derecha. Por ello, el pivote defensivo solo estuvo con sus compañeros en la chara técnica que ofreció Onésimo Sánchez, entrenador del equipo, al inicio del entrenamiento en el campo de fútbol anexo y durante diez minutos. Después, Nafti se marchó a trabajar en solitario en el gimnasio para comenzar su periodo de recuperación.

Mientras tanto, el resto de sus compañeros comenzaron a realizar una serie de carreras y estiramientos a las órdenes de Xavier Bartolo, preparador físico de la entidad. Al mismo tiempo, los tres porteros de la primera plantilla, Alberto Cifuentes, Javier Jiménez y Fernando, más el cancerbero del filial, Simón Ballester, trabajaron a las órdenes de Avelino Viña, preparador de guardametas del equipo, los bloqueos por alto.

Una vez finalizado el trabajo con un carácter más físico, los jugadores se dividieron en grupos de ocho integrantes para ejercitar el pase del balón al primer toque y la búsqueda de huecos y espacios para elaborar jugadas. Durante esta práctica, Bartolo demandó velocidad en varias ocasiones y recordó a sus pupilos una noción para mejorar su juego: “Si no se puede recibir de primeras, se para”. Para dotar al ejercicio de mayor movilidad, los jugadores se desplazaron de un extremo al otro del campo después de realizar el pase.

En la siguiente tarea, los integrantes se dividieron en dos grupos de diez componentes distribuidos entre sí en seis jugadores que formaban un círculo, tres en el medio y otro también dentro de la circunferencia. La práctica consistió en que los jugadores de fuera se pasaran el balón entre sí con el apoyo de un compañero que estaba en el medio mientras los tres restantes trataban de robar el balón. Tanto Bartolo como Onésimo otorgaron mucha importancia a conseguir el mayor número de pases seguidos posibles y la cifra más elevada que se alcanzó fueron los 20. Además, la práctica comenzó con la obligación para los jugadores que tenían la posesión de dar dos toques como máximo para pasar el esférico y luego el desplazamiento se debió ejecutar de primeras a excepción del hombre que actuaba de pivote para que pudiera dotar de más pausa al juego. Por otra parte, y ante las protestas que le dirigieron al técnico algunos jugadores en el momento de contar los pases conseguidos, el vallisoletano recriminó las quejas: “En el fútbol el que protesta pierde, dejad de protestar y seguid”.

Foto: MÁA

Presión y velocidad 

A la terminación de este ejercicio, la plantilla se trasladó al campo principal para potenciar el robo de balón y la presión sobre la posesión del esférico del rival. Para ello, el entrenador distribuyó a los jugadores en un grupo de once y otro de ocho en el que los primeros debían mantener la pelota en su poder ante la tarea defensiva del resto que trataba de obtener el balón. Los primeros que tuvieron que ejercer la presión para el robo fueron Eddy, Toribio, Albiol, Jorge, Mauro Dos Santos, Óscar Sánchez, Jonathan Gómez y el Ruso García. La práctica se llevó a cabo en tandas de seis minutos y durante su realización destacó la buena labor anticipatoria para el robo de balón demostrada por Carrasco y la visión de juego de Sutil. A juicio del técnico, el trabajo se desarrolló de forma satisfactoria: “Bien cogido el concepto. Me gusta. Ha estado muy bien. Buena, gente, buena”.

Con el ánimo de seguir profundizando en el concepto defensivo, One dividió a la plantilla para el ejercicio siguiente en atacantes y defensas para potenciar la presión al rival y la velocidad en el movimiento del balón. Antes del inicio de la tarea, el entrenador recordó a los delanteros la necesidad de realizar diagonales de ataque para desestabilizar a la cobertura. En cuanto a los defensas, también les trasladó una orden muy directa: “Hay que salir como locos a por el balón”.

Foto: MÁA

Por otra parte, el Chincheta mandó ejecutar las jugadas de ataque en grupos de cinco integrantes para que existieran más espacios y posibilidades de pase y pidió que Alberto y Fernando se fueran alternando en la portería. En lo referente a la defensa, siempre actuó con una línea de cuatro y un pivote por delante que sirvió de apoyo y que acostumbró a ser Toribio. Además, el míster recordó a los zagueros una cuestión que consideró imprescindible: “Hay que defender en zona hasta que nos ganen la posición, pero entonces se pasa a marcaje individual para evitar que se descompense toda la línea”.

Trabajo específico 

Al término de esta práctica, One mandó a todos los jugadores a realizar estiramientos con Bartolo antes de finalizar la sesión, a excepción hecha de diez integrantes con los que potenció el disparo a portería en un espacio inferior a medio campo del terreno de juego principal. Para ello, distribuyó a los seleccionados en dos grupos de cinco divididos a su vez en tres y dos y en los que la cuestión residió en encarar al portero y disparar. El trabajo lo realizaron tres veces por jugador y el grupo formado por Jonathan, Eddy, Jorge, Saúl y Mario Marín anotó nueve goles mientras que el que integraron Tagliafico, Nico Martínez, Higinio, Acciari y Miguel Albiol marcó cuatro dianas.

Durante el desarrollo del trabajo, el técnico recalcó en infinidad de ocasiones la importancia de que los jugadores de ataque acudan a los rechaces si el portero despeja un disparo que no ha podido blocar. Para terminar la sesión de esta decena de integrantes, el entrenador ordenó un partido de cinco contra cinco en la misma superficie donde se desarrolló el ejercicio anterior y que contó con un público de excepción como fue el compuesto por Emilio Sánchez, Matilla y Carrasco que no quisieron perderse el trabajo de sus compañeros.

No hay comentarios: