Este fue el titular quizá más llamativo de la comparecencia de Juan Guillamón en La 7 en Juego. Guillamón asume que la Ley Concursal está a la vuelta de la esquina y que no queda otra opción para elaborar a partir de dicha decisión un plan de viabilidad para la entidad pimentonera: "La Ley Concursal, frente a lo que se ha dicho, no es un arma de perdición, es un arma de salvación siempre y cuando se pueda garantizar que los jugadores cobrarán hasta el último euro llegado el 30 de junio". Lo que seguimos sin entender es como se pasa de la opulencia a la pobrez en tan poco tiempo. Pero el presidente del Real Murcia desveló muchas más cosas además de ésa.
El amago de que los jugadores salieran, instados por Movilla, con una camiseta con el lema 'Ley Concursal = Desaparición' encendió el temperamento del nuevo presidente: "Yo le dije al entrenador que no me parecía procedente que salieran con esa camiseta y que si lo hacían yo me retiraba del palco y presentaba mi dimisión como presidente".
Sus contactos con Jesús Samper (el madrileño queda en muy mal lugar) los definió así: "He tenido dos conversaciones con él. Me atendió pero no me concretó nada. No han sido efectivas".
El famoso viernes, en el que Trujillo no se dignaba a coger el teléfono para resolver el adiós de Iván Alonso, fue retratado de la siguiente manera por Guillamón: "El viernes fue de dinamita. Iván Alonso estuvo a punto de perder el fichaje de su vida. Era una operación buena para las dos partes. Hemos perdido la casa de la playa".
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