La actitud del equipo fue aún más lamentable que el juego. Tampoco hilo fino José Miguel Campos en el cambio de Mario Rosas por Pere Martí, que fue toda una declaración de intenciones (no muy ambiciosas precisamente).
Este Real Murcia sigue acumulando resultados negativos y colecciona récords paupérrimos. Los jugadores demostraron no ser dignos de representar las siete coronas del escudo grana. La afición (casi 11.000 espectadores) no merece espectáculos tan bochornosos. El Real Murcia más murciano no funciona.
PD: Pereyra y Van den Boogaart se cayeron de la lista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario