Carmelo Baeza Alcayna, mi abuelo, fue un importante socio y accionista del Real Murcia desde 1920. Fue un gran amigo de los hermanos Ángel Cremades (Ramón y Miguel) y directivo del Imperial en los cuarenta. Sus hijos Juan (actualmente abonado 42) y Alberto (abonado 95) siguieron su estela y así hasta cuatro generaciones de murcianistas. Todos ellos, junto con otras familias de toda la Región, lucharon porque el Real Murcia existiera y llegase vivo a esta época.
Por unos años malos (la verdad que nefastos) no se puede quemar el carné de abonado, ya vendrán tiempos mejores pero para que lleguen hace falta pasar los malos. Hay que tener una pasta especial para ser del Real Murcia, un club que puede presumir de tener hasta cuatro generaciones de fieles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario