El Real Murcia cayó 2-1 en Villarreal de forma justa. El resultado no se corresponde con la realidad ya que el filial amarillo mereció marcar más goles. Los pimentoneros mostraron dos caras diferenes en cada una de las partes del encuentro.
La primera parte fue del Real Murcia (repetía once), le anularon un gol por fuera de juego de Natalio (por poco, pero marcó en posición antirreglamentaria) y Ochoa estrelló un testarazo en el larguero al final de los primeros cuarenta y cinco minutos. Los de Jose González dieron una muy buena imagen, contuvieron a su rival, dominaron el juego, transmitían sensaciones positivas y daba la impresión de que serían capaces de sumar al término del encuentro. Además, el Villarreal 'B' fue incapaz de crear peligro en la meta de Alberto Cifuentes.
Ya en la segunda parte los pimentoneros salieron absolutamente dormidos. En la primera habían marcado la senda que tenían que recorrer para batir a su contrincante, sin embargo inexplicablemente borraron el camino trazado. El Villarreal 'B' empezó a tocar, a triangular y hacer paredes, volviendo loco a su rival. El centro del campo murcianista fue un juguete para los jugones del submarino amarillo: Javi Matilla, Cristóbal, Gerard Bordás, Hernán Pérez y Jeff Montero (menos mal que Marco Ruben estaba en el banquillo).
El Real Murcia desapareción del partido, los jugadores no supieron frenar la avalancha de fútbol del segundo equipo villarrealense. Así llegó el 1-0 (Musacchio de cabeza) y el 2-0 (fallo garrafal de Ochoa), sin embargo pudieron marcarle fácilmente tres goles más a los grana. La falta de puntería de los chavales, las paradas de Alberto o los cortes in extremis de De Coz y Sergio Fernández libraron a los murcianistas de una goleada de escándalo. Toda la consistencia mostrada en la primera parte quedó para el olvido y en el banquillo Jose González no supo plantear la situación (no estoy de acuerdo con los cambios).
La defensa local adelantó sus líneas y le hizo el fuera de juego de manera constante a Natalio. El oficio y la veteranía pasó del Real Murcia al Villarreal, los papeles se cambiaron. En el colmo de los disparates en el minuto 85 Óscar Sánchez falló dos penaltis, el primero lo lanzó a la izquierda de Juan Carlos (debió ser expulsado) y el meta lo paró. Ontanaya López mandó repetirlo ante la indignación del público castellonense. El lateral izquierdo murciano repitió pero esta vez dirigiendo el baló a la derecha y el portero del Villarreal 'B' adivinó las intenciones de Óscar y despejó su disparo, el rechace no lo aprovecharon los atacantes vestidos de azul celeste. En el descuento Chando maquilló el resultado marcando un gol de oportunista.
¿Qué hubiera pasado si no le anulan el gol a Natalio? Sin duda, es el típico gol que si se lo marcan al Real Murcia no pitan fuera de juego. No obstante, yo pienso que estos pensamientos derrotistas hay que aparcarlos y analizar el partido entero: la primera parte fue correcta, óptima y esperanzadora para el Real Murcia y la segunda sonrojante, vergonzosa e indignante. En el segundo período el Villarreal triplicó las oportunidades que tuvieron los murcianos en la primera mitad.
Lo único positivo del duelo fue que, en la peor segunda parte que uno le recuerda al Real Murcia, el equipo sólo encajara dos goles ante el tsunami de ocasiones y tiros a puerta que se le vino encima. Con la incapacidad de los murcianos para sumar puntos lejos de la Nueva Condomina, los partidos de casa no se pueden escapar, el Real Murcia tendrá que hacer de su feudo un fortín, parece que la salvación pasa por asegurar en casa los puntos que fuera se le resisten al cuadro grana.
PD: Mejía será baja frente al Cádiz al ver la quinta amarilla.
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