Hace semanas que Jesús Samper avisó que en enero habría cambios en el Real Murcia. El sábado hay un consejo de administración en el que se va a debatir qué modelo debe adoptar el Real Murcia para afrontar su futuro y todas las ideas irán dirigidas a la parcela deportiva, principal problema en el club desde que aterrizó Jesús Samper. En el Real Murcia ‘samperiano’ nunca existió tal modelo, el rumbo deportivo derivó en el capricho del entrenador y del secretario técnico de turno y eso no puede ocurrir en una entidad como la grana.
Los consejeros murcianos van a dar sus opiniones sobre cuál es la mejor forma de trabajo para hacer un Real Murcia consistente, con grandeza y que se autorregule para gastar el menor dinero posible. Con tales premisas entra en escena la cantera, quizá uno de los apartados que Samper más ha mimado, con muchísimos más claros que oscuros, desde que llegó al club de las siete coronas.
La lista de zagales que han salido de las categorías del Real Murcia es sintomática, es decir, se han hecho cosas muy bien: Juan Valera (Atlético de Madrid), Pedro León (Getafe), Zamora (Castellón), Rodri (Atlético Ciudad), Dani Aquino (primer equipo), Sergio Escudero (primer equipo), Quique García (primer equipo), Botía (Sporting de Gijón), Pico (Imperial), Borja (Atlético de Madrid), Tato (FC Cartagena), Mario Marín (Imperial), Urzaiz (Imperial), etc. El Imperial es el reflejo de la buena salud de la que gozan las bases del conjunto murciano y todos sus equipos, basta con echar un vistazo a las clasificaciones regionales desde benjamines hasta juveniles (reina el 0 en el casillero de derrotas).
La inversión anual para que salga adelante la legión de equipos de fútbol base que anida y promociona el Real Murcia es de casi un millón y medio de euros. La opinión de los consejeros murcianos (Morga, Martínez Abarca y Guillamón) es que hay que instalar el modelo de cantera, que se obliga los entrenadores a surtirse de los juveniles y el filial. Los espejos en los que quieren mirarse son el Sporting de Gijón (acaban de traspasar al Birmingham por 3 millones de euros a Míchel), Albacete (este verano vendieron por un buen dinero a Kitoko y Jaime al Udinese), Villarreal (el ejemplo del mimo al máximo exponente por el cuidado de la cantera), el Barcelona de los últimos años y los expertos clubes vascos (Athletic de Bilbao y Real Sociedad). En menor medida, clubes como el Salamanca y el Celta (vendió este verano a Joselu al Real Madrid por 1.500.000 euros y por una talegada a Ghilas al Hull City) también marcan la senda.
El Real Murcia ha gastado muchísimo dinero en jugadores cedidos, en traspasos que el tiempo ha reflejado en fracasos deportivo-económicos y así es imposible seguir. Inmerso en un proceso concursal, cuando todos esperaban que el filial tomara protagonismo los técnicos optaron por jugadores como Van den Boogaart o Pere Martí, que no tienen un nivel superior al de los Juan Aguilera o Urzaiz. Pongo como ejemplo este caso porque de haber apostado por los chavales del Imperial el club se hubiera ahorrado un buen dinero en nóminas que no justifican la inversión realizada. No se ficha un suplente para De Coz confiando en Mario Marín pero cuando se lesiona se reconvierte a Miguel Albiol y no se sube al chaval… incongruente.
Y con una política así, además de inutilizar al Imperial, no se promociona a jugadores con futuro que puedan despertar el interés de los grandes ¿Hay que esperar a que los críos tengan 25 años para darles una oportunidad? Después de ver el ‘nivelazo’ de algunos futbolistas del primer equipo, permítanme la licencia de proclamar que si salieran los Mario Marín o Urzaiz no habría tanta diferencia, no hay que ser Aristóteles para concluir algo así.
Las ideas de los consejeros murcianos están claras, en su mente no calibran proponer que se fulmine a Jose Antonio García Franco, sobresaliente orquestando la cantera pero cuanto menos dudoso en la confección de plantillas en la Liga del Fútbol Profesional, lo que aconsejarán es una reubicación. Las sugerencias, las proposiciones, los planteamientos y el asesoramiento están muy bien pero ¿les hará caso Samper? ¿Nos llevaremos sorpresas? Porque nunca les ha hecho caso, jamás (me refiero en las decisiones importantes). Los consejeros dudan, afrontan la reunión con incertidumbre, ellos mismos no saben si Samper les hará caso. Personalmente prefiero sus ideas a las de los Cotorruelo y la familia Samper.
Samper llega con las pilas cargadas tras unos días de vacaciones en el Caribe (¿vendrá luciendo el típico moreno caribeño?), lo que no sabemos es si habrá descargado la batería de su modelo ultra-presidencialista, que ya va haciendo falta. El fútbol es muy diferente a cualquiera de los negocios en los que Samper triunfa. Con el equipo penúltimo y en pleno proceso concursal, si hay que tomar medidas urge que sean la mayor celeridad posible.
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